CLUB DE LECTORES
6TO. GRADO C
MARATON DE LECTURA
SAN MARTINIANOS 2021
Elige tu libro
Este club de lectura está formado por el grupo de lectores del quinto grado C de la I.E. 5083 SAN MARTÍN DE PORRES quienes se reúnen con una periodicidad establecida para comentar un libro que todos han leído, sea el libro completo, algún capítulo o un número de páginas estipulado de antemano. Esto realmente es solo la justificación de querer cambiar nuestro hábitos lectores, de leer por placer y no por obligación.
ÓYEME CON LOS OJOS
"El tiempo para leer siempre es tiempo robado".
EL PRINCIPITO
POEMA SOL DE LA SIERRA
Audio libro, texto narrativo.
"EL VIEJO ÁRBOL"
TIEMPO PARA LEER (Daniel Pennac).
Problema serio.
Que no es uno.
Porque si se plantea el problema del tiempo para leer es que no existe el deseo. Pues si se mira de cerca, nadie tiene nunca tiempo para leer. Ni los niños, ni los adolescentes, ni los mayores. La vida es un estorbo perpetuo para la lectura.
-¡Cómo le envidio que tenga tiempo para leer!
¿ Y por qué ella, que trabaja, hace la compra, educa a los niños, conduce su coche, ama a tres hombres, visita al dentista, se muda la semana próxima, encuentra tiempo para leer, y ese casto rentista soltero no?
El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar.)
¿Robado a qué?
Digamos que al deber de vivir.
Ésta es, sin duda, la razón de que el metro -símbolo arraigado de dicho deber- resulte ser la mayor biblioteca del mundo.
El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir.
Si tuviéramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar?
Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba.
La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.
Ilustración de Fred Calleri.
Problema serio.
Que no es uno.
Porque si se plantea el problema del tiempo para leer es que no existe el deseo. Pues si se mira de cerca, nadie tiene nunca tiempo para leer. Ni los niños, ni los adolescentes, ni los mayores. La vida es un estorbo perpetuo para la lectura.
-¡Cómo le envidio que tenga tiempo para leer!
¿ Y por qué ella, que trabaja, hace la compra, educa a los niños, conduce su coche, ama a tres hombres, visita al dentista, se muda la semana próxima, encuentra tiempo para leer, y ese casto rentista soltero no?
El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar.)
¿Robado a qué?
Digamos que al deber de vivir.
Ésta es, sin duda, la razón de que el metro -símbolo arraigado de dicho deber- resulte ser la mayor biblioteca del mundo.
El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir.
Si tuviéramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar?
Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba.
La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.
Ilustración de Fred Calleri.
EN EL PAÍS DE LOS LIBROS (Quint Buchholz).
En el país de los libros,
una del grupo salta a la aventura,
otro ve el mundo bajo una nueva lupa,
a otra no le da miedo la altura.
A una ciertos libros no le agradan,
otro rehúye ruidos y pantallas,
otro se muda a una antigua batalla,
otra se encierra en el baño de casa,
otro es con rimas con quien la noche pasa.
Una se siente el corazón correr,
a otro a veces los libros no le dejan ver,
otro, a pesar de todo, no se deja vencer.
Uno recita historias para un niño,
otro oye lo que nunca antes ha oído,
otro osa acercarse a su enemigo,
otra baila porque la han seducido,
otro presiente el fin y está abatido.
Uno, sitios secretos inspecciona,
otro lee con toda parsimonia,
otra, bellas palabras colecciona.
Uno edifica un mundo en otro tiempo,
otro ama los enclaves desiertos,
otro querría ser aventurero,
otra se arropa con sus propios sueños,
otra nunca está sola cuando oscurece el cielo.
Uno del grupo trepa por montones de libros
alcanzando el espacio tremebundo,
y lo que ansía encontrar allí subido
es una buena vista sobre el...
MUNDO.
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